jueves, 29 de agosto de 2013

Subasta en Santa Gertrudis



“200 a la una..., 200 a las 2..., ¿he oído 210?¿no? Es una pieza única, cuando estén en casa se arrepentirán de no tenerlo... ¿no?, 200 a las 3, adjudicado!”

Esta es una de las subastas que organiza Casi Todo una empresa establecida en Santa Gertrudis en 1973. Aunque también organizan subastas más especializadas o subastas “in situ” cuando tienen que vaciar grandes casas llenas de muebles y otros enseres, las más populares y divertidas son las subastas generales que llevan a cabo periódicamente en su local.

Este último jueves a las 20,30h de la noche, en su horario habitual del verano, pude asistir a una de ellas y puedo dar fe de que se trata, compres o no compres, de una experiencia interesante y que vale la pena asistir, al menos, a una de ellas.

lunes, 26 de agosto de 2013

Paella de Marisco a la "Ibicenca"



La paella de marisco tal como se presenta en esta receta es un plato que se ha introducido recientemente en la gastronomía ibicenca. Tradicionalmente, los arroces se preparaban con carne en la temporada de invierno (Arròs de matances), caldosos (Arròs marinera) o sólo con sepia y el caldo del Bullit de peix (Arròs a banda).

Actualmente, todas estas variantes, influenciadas por la paella valenciana, se unen en una receta con una personalidad propia y que podemos degustar en muchos restaurantes y domicilios de Ibiza.
Aquí os presento la versión que se elabora habitualmente en mi casa, pero a la receta admite muchas variaciones, se puede añadir rape, mejillones, setas, cigalas, etc. y, por supuesto, cada cocinero la prepara a su manera.

viernes, 23 de agosto de 2013

La Cala de Sant Vicent



La Cala de Sant Vicent, “Sa Cala”, es una playa situada al noreste de la isla de Ibiza que pertenece al municipio de Sant Joan.

Aunque hay hoteles y bloques de apartamentos hasta primera línea de mar, es una cala con una amplia área de arena, muy tranquila y que cuenta con muchos servicios: socorrista, duchas, supermercados, restaurantes, zona balizada para el baño sin invasión de barcas, velomares y, por supuesto, las típicas hamacas y sombrillas.

Algunos de los restaurantes de la playa sirven comida típica ibicenca de mar de muy buena calidad. Yo personalmente, recomiendo el pescado de la Isla a la plancha (rotja, gall o anfòs) y el bullit de peix de Can Miquel, pero hay muchas otras opciones.

También conviene resaltar que es una playa accesible para niños y, en caso de aburrimiento, siempre se puede visitar un pequeño parque que hay bajo los pinos del aparcamiento.


Además de la playa principal, en la zona de Sa Cala hay varias calitas pequeñas y mucho más solitarias y algunas excursiones por tierra que valen la pena: el Faro de Punta Grossa, las Cuevas des Cuieram, la Torre des Mollar, el Plà de ses Formigues o varios pozos centenarios.

Además de la actividad de playa, la Cala de Sant Vicent es conocida por un rally que se celebra cada año por las curvas de su carretera “Sa pujada a Sa Cala”. Es una carrera muy popular y muy festiva, aunque a veces hay algún pequeño susto.

En resumen, se trata de una playa un poco alejada de la ciudad de Ibiza, pero que cuenta con un fácil acceso y con todos los servicios necesarios para pasar una jornada agradable y tranquila, con o sin niños. No está recomendada, en cambio, para aquellos que buscan estar solos en una cala abandonada.



Cómo se llega:

Se tiene que tomar la carretera de Santa Eulalia y, pasando por la ronda exterior, seguir las indicaciones hacia San Carlos. Una vez en el pueblo, se debe coger el camino hacia la derecha que pasa justo al lado del bar Ca n'Anneta. A 850 metros del pueblo, después de un curva cerrada, hay que coger un camino a la derecha que está indicado como Cala de Sant Vicent. A partir de aquí, sólo hay que seguir el camino hasta llegar a un pequeño cruce en el que tomaremos el camino de la derecha. En unos minutos, estaremos en la playa. Si seguimos recto, hay un poco de parquing, pero si allí no encontramos sitio, a mano izquierda, veremos las indicaciones para llegar a otra zona de aparcamiento.

El camino, aunque con algunas curvas, es muy sencillo y está claramente indicado. Conduciendo con tranquilidad, en 35 minutos estaremos en Sa Cala.



Ver Cala Sant Vicent en un mapa más grande

martes, 20 de agosto de 2013

Cinco canciones de UC


Hoy os traigo las canciones más conocidas del grupo Uc, formado en 1973 por Joan Marí “Murenu”, Isidor Marí y Victorí Planells.


Si soys de Ibiza o, en algun momento de vuestra vida, habéis tenido alguna relación con la Isla, por breve que haya sido, seguro que sabéis quiénes son o, al menos, os sonarán alguno de sus temas, Bona nit, Sa lluna pagesa, Anàrem a San Miquel, Sa nostra ciutat d'Eivissa...



En sus primeros discos recogieron, sobretodo, canciones populares y las adaptaron un poco a los gustos del momento, pero más tarde, incorporaron también alguna composición propia, como Flors de Baladre y musicaron textos del poeta ibicenco Marià Villangómez.



La convivencia entre las aportaciones del grupo y el cancionero popular es tan estrecha poca gente sabría delimitarlas. 



A día de hoy, su música forma parte ya de la cultura ibicenca y describe muy bien algunos rasgos del carácter de su gente.


Espero que las disfrutéis.

lunes, 19 de agosto de 2013

Vida y muerte de un pueblo español de Elliot Paul



Elliot Paul desembarcó en Ibiza a principios de los años treinta para recuperarse de una crisis personal y se estableció en el pueblo de Santa Eulalia del Río. El escritor tenía publicados ya varios libros y había trabajado en diversos periódicos, tanto en Estados Unidos como en París dónde conoció y estableció amistad con algunos de los más conocidos escritores de la época, Beckett, Kafka, Gertrude Stein, James Joyce...

A su llegada, Elliot quedó impactado por la hospitalidad de las gentes de ese pequeño pueblo que, en aquellos años, todavía había tenido escaso contacto con la realidad exterior. Pocos habían salido de Ibiza y no digamos del país. A pesar de que es indudable que el americano debió despertar un cierto revuelo inicial, al leer este libro, cualquier ibicenco, aunque sea muchos años más tarde, se da cuenta de que el autor no sólo conocía profundamente a sus vecinos isleños, sino que captó de una manera extraordinaria las sutilezas de las costumbres de la época y de las relaciones humanas que iban a ponerse a prueba con el estallido de la Guerra Civil Española.

Este libro es un testimonio valiosísimo y en primera persona, del impacto, en cierto sentido debilitado por el aislamiento geográfico, de una guerra que marcaría, a pesar de todo, el destino de una tierra y de sus gentes que él conocía con sus nombres y sus apodos (“malnoms”).

Elliot desembarca con su familia en un paraíso “Nunca he visto una vida mejor en ninguna parte, una vida más adecuada a las capacidades y las limitaciones humanas”, en un oasis de calma dentro de un mundo en caos, se integra completamente en la vida cotidiana del pueblo, se deja atrapar por el ritmo de la isla, por sus aromas y sus rutinas, hace buenos amigos y no hay duda que es desde la preocupación y el cariño desde donde empieza a escribir su libro:

“Hay tanta revolución y tanta lucha de clases en todo el mundo que estoy convencido de que interesará a mis compatriotas saber cómo afectan a un pueblo pacífico la conquista fascista, la invasión comunista y anarquista y la guerra más sangrienta registrada hasta la fecha”

Vida y muerte de un pueblo español es un libro excepcional, una crónica social e histórica escrita con gran detalle y precisión, pero también un canto a la vida, al valor del ser humano, a la esperanza que sobrevive a las peores circunstancias y, como él mismo reconoce, “una deuda que contrajo con ellos...sus queridos amigos...que compartieron sus pesetas, su vino tinto, sus judías y su espíritu jovial conmigo”


Mi recomendación:
Se trata de una lectura imprescindible para todos aquellos, ibicencos o no, que estén interesados en comprender mejor la realidad de un pueblo de Ibiza en los años 30 y el impacto que tuvo en sus gentes la guerra. Aún teniendo muchos elementos de crónica social e histórica, se lee muy fácilmente y engancha desde la primera página. Además, por alguna razón, es un libro que apetece comentar con los amigos.

The Life and Death of a Spanish Town
Elliot Paul (Massachusetts 1891-1958)
Primera edición 1937



sábado, 17 de agosto de 2013

Frita de porc


 

La Frita de porc o frit de matances es una comida muy típica de Ibiza que tradicionalmente se elaboraba los días de fiesta, especialmente el día de la matanza en el que se reunían los vecinos y familiares y las mujeres de la casa preparaban "sa frita" para agradecer la colaboración en el trabajo de matar el cerdo y elaborar las sobrasadas y butifarrones. Este día se solían añadir trozos de carne magra del cerdo que se acababa de matar, mientras que en la versión más de diario se elaboraba únicamente con hígado y costilleja.

Antiguamente, se mezclaba manteca con el aceite para dar más sabor, pero personalmente, creo que la grasa que suelta la panceta de cerdo es suficiente para que el resultado sea jugoso.

Al ser un plato más de invierno, es habitual incorporar también setas de los bosques ibicencos. La verdad es que recomiendo añadírselas siempre que sea posible porque le dan un aroma muy característico al plato.

No es una comida ligera, pero sí es muy sabrosa y, de vez en cuando, vale la pena disfrutarla.

Dificultad (del 1 al 5): 3
Tiempo de elaboración: 1 hora
Coste aproximado por persona: 4€



Ingredientes para 4 personas:


200gr de panceta cortada en trozos de unos dos cm.
500gr de costilleja de cerdo cortada en trozos de unos tres cm.
400gr de carne magra de cerdo cortada en trozos de unos dos cm.
200gr de hígado de cerdo cortado en trozos de unos dos cm.
300 gr de setas (opcional)
1 pimiento rojo
2 pimientos verdes italianos
750gr-1 kg de patatas(preferiblemente ibicencas)
Ajos
Aceite de oliva
Sal
Pimienta




Paso a paso:


En una sartén grande o una cazuela se van friendo las carnes salpimentadas en aceite de oliva (4 o 5 cucharadas) y con algunos ajos chafados. Es importante seguir el orden de más graso a menos:la panceta, la costilleja, la carne magra y, por último, el hígado, porque así todos los ingredientes se van impregnando del sabor y los aceites que van soltando y no se resecan en exceso.

Una vez retiradas las carnes y en el mismo aceite, se fríen las setas (si disponemos de ellas) y después, el pimiento rojo y el verde, rotos con la mano y con unos ajos chafados. También aquí es interesante incorporar los pimientos en este orden, ya que el pimiento rojo es más grueso y cuesta más de cocer. Si lo ponemos a la vez, el pimiento verde se nos va a quemar.



Por otro lado, se fríen las patatas en abundante aceite.

Finalmente, se junta todo en una cazuela y se le dan unas cuantas vueltas en el fuego para que se mezclen todos los sabores.




El consejo:

Para elaborar esta receta, los trozos no deben ser muy pequeños para que el conjunto quede jugoso.
Recomiendo servirlo con una ensalada de lechuga fresca y acompañarlo de un vaso de vino payés.