La Frita de porc o frit de matances es una comida muy típica de
Ibiza que tradicionalmente se elaboraba los días de fiesta, especialmente el día de la matanza en el que se reunían los vecinos y familiares y las mujeres de la casa preparaban "sa frita" para agradecer la colaboración en el trabajo de matar el cerdo y elaborar las sobrasadas y butifarrones. Este día se solían añadir trozos de carne magra del cerdo que se acababa de matar, mientras que en la versión más de diario se elaboraba únicamente con hígado y costilleja.
Antiguamente, se mezclaba manteca con
el aceite para dar más sabor, pero personalmente, creo que la
grasa que suelta la panceta de cerdo es suficiente para que el
resultado sea jugoso.
Al ser un plato más de invierno, es
habitual incorporar también setas de los bosques ibicencos. La
verdad es que recomiendo añadírselas siempre que sea posible porque le
dan un aroma muy característico al plato.
No es una comida ligera, pero sí es
muy sabrosa y, de vez en cuando, vale la pena disfrutarla.
Dificultad (del 1 al 5): 3
Tiempo de elaboración: 1 hora
Coste aproximado por persona: 4€
Ingredientes para 4 personas:
200gr de panceta cortada en trozos de
unos dos cm.
500gr de costilleja de cerdo cortada en
trozos de unos tres cm.
400gr de carne magra de cerdo cortada
en trozos de unos dos cm.
200gr de hígado de cerdo cortado en
trozos de unos dos cm.
300 gr de setas (opcional)
1 pimiento rojo
2 pimientos verdes italianos
750gr-1 kg de patatas(preferiblemente
ibicencas)
Ajos
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
Paso a paso:
En una sartén grande o una cazuela se
van friendo las carnes salpimentadas en aceite de oliva (4 o 5
cucharadas) y con algunos ajos chafados. Es importante seguir el
orden de más graso a menos:la panceta, la costilleja, la carne magra y, por último, el hígado, porque así todos los ingredientes se van impregnando del sabor y los aceites que van soltando y no se resecan en exceso.
Una vez retiradas las carnes y en el
mismo aceite, se fríen las setas (si disponemos de ellas) y después,
el pimiento rojo y el verde, rotos con la mano y con unos ajos
chafados. También aquí es interesante incorporar los pimientos en
este orden, ya que el pimiento rojo es más grueso y cuesta más de
cocer. Si lo ponemos a la vez, el pimiento verde se nos va a quemar.
Por otro lado, se fríen las patatas en
abundante aceite.
Finalmente, se junta todo en una
cazuela y se le dan unas cuantas vueltas en el fuego para que se
mezclen todos los sabores.
El consejo:
Para elaborar esta receta, los trozos
no deben ser muy pequeños para que el conjunto quede jugoso.
Recomiendo servirlo con una ensalada de lechuga fresca y acompañarlo de un vaso de vino payés.