“200 a la una..., 200 a las 2..., ¿he oído 210?¿no? Es una pieza única, cuando estén en casa se arrepentirán de no tenerlo... ¿no?, 200 a las 3, adjudicado!”
Este último jueves a las 20,30h de la
noche, en su horario habitual del verano, pude asistir a una de ellas
y puedo dar fe de que se trata, compres o no compres, de una
experiencia interesante y que vale la pena asistir, al menos, a una
de ellas.
La subasta empezó con subastador y
público en la terraza siguiendo los lotes de muebles de exterior y
grandes objetos. Había incluso algunos coches y una chopper costumizada!
La verdad es que, aunque se mueven importantes sumas de
dinero, el ambiente es muy informal y la simpatía del personal es
contagiosa.
Más tarde, todo el mundo se trasladó
a la sala de exposiciones dónde subastaron algunos objetos
impresionantes: sillones de diseño, una cama espectacular, una
vajilla de 250 piezas...Un montón de cosas que alguien más experto
que yo podría describir mejor.
Lo que sí os puedo asegurar es que es una manera original de pasar un atardecer en la Isla y, de paso, quién sabe si encontrar la hamaca de nuestra infancia o el sofá de nuestros sueños.
Si queréis más información sobre el
procedimiento de las subastas o las próximas fechas, podéis
consultar su web:
No hay comentarios:
Publicar un comentario