La torre de Sa Sal Rossa es una de las torres de defensa que encontramos en Ibiza, también conocida por la torre des Carregador. Fue construida en el siglo XVI en una zona elevada que domina la vista de parte de la isla de Formentera, toda la Playa d´En Bossa y la ciudad de Ibiza.
Este tipo de construcciones, que se encuentran alrededor de toda la costa de las Pitiüses, tenían una planta circular, unas paredes gruesas y pocas aberturas para dificultar los ataques. Las torres estaban estratégicamente situadas (algunas de ellas parecen encontrarse sobre edificaciones árabes más antiguas) para vigilar la entrada a la isla de cualquier barco amigo o enemigo. Cuando uno de los torreros, que vigilaban permanentemente el mar, divisaba alguna nave peligrosa, encendía una hoguera en lo alto de la torre (con más humo de día y más llama de noche) para avisar a la población de los alrededores que corría para ponerse a salvo en alguna iglesia cercana o en la misma torre.
La Torre de Sa sal Rossa se utilizaba para refugiar a los trabajadores de la Salinera (la empresa que explotaba y explota los estanques de sal las Salinas de Ibiza) cuando la isla era atacada. En el interior, se calcula que se podían llegar a refugiar cerca de 200 personas. Esta torre, en concreto, tiene la particularidad de contar con una chimenea y una alacena para víveres, probablemente, para poder sobrevivir varios días sin salir, si era necesario.
La torre es conocida con el nombre "Des Carregador" porque estaba situada al lado de la zona de carga de los barcos que venían de toda Europa a recoger la producción de sal de la Salinera. En la actualidad, aunque el proceso de la elaboración y comercialización se ha modernizado un poco, parte de la producción de sal se sigue embarcando hacia otros países, pero el tráfico se ha desviado a Sa Canal, dónde hay una infraestructura en la que se almacena y carga la cosecha de la temporada.
La torre fue reformada en 1762, con los avances defensivos de la época, por Giovanni Batista Calvi, el arquitecto de la muralla renacentista de la ciudad de Ibiza y mantuvo dotación de torreros hasta 1867.
Hace unos años, volvió a ser restaurada y ahora se encuentra en perfectas condiciones. Su visita puede ser muy interesante, tanto por la oportunidad de conocer en vivo una estas construcciones claves en el desarrollo de la historia de Ibiza, como desde el punto de vista paisajistico y de conocimiento de la flora y fauna que encontraremos a su alrededor.
Una vez que estéis en la torre, no dejéis de bajar por el camino que conduce a las casas de pescadores situadas justo en la orilla y os recomiendo perder unos minutos para disfrutar de la calma del sitio.
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